domingo, 2 de marzo de 2014

Crecer es aprender a despedirnos.




Hoy haré una excepción en mis entradas sobre maquillaje para agradercerle a una de las personas mas importantes de mi vida que a pesar de haberse ido, siga estando tan cerca de mi, cuidando de que sea la niña mas feliz de mundo. Lo sé. Es maravilloso saber que alguien se preocupa por ti.

Hace 4 años que tuve que despedirme de una persona muy importante para mi, pero aun asi siento que si no fuera por él, no habria cumplido mis sueños. Despedirnos de alguien que nos deja para siempre es en la mayoría de casos nuestro primer gran drama. Decir adiós no es algo sencillo y menos cuando te despides de alguien especial. Es asimilar que hay cosas y personas que no estarán ahí para toda la vida.


En los momentos de pérdidas te das cuenta que pese a tu dolor o frustración, todo sigue igual; la vida continúa. Es entonces cuando te preguntas quién demonios se debe marchar para que el mundo entero se paralice...  

Sin embargo con el tiempo se asume que crecer va a significar despedirse de personas, situaciones, emociones, memorias, ilusiones e incluso amigos que se supone iban a ser para toda la vida. Por mucho que nos duela así va a ser porque es ley de vida. De vez en cuando, un adiós se produce demasiado temprano pero no te ofusques, empieza a entender que la vida de por sí es injusta.

El día que ves que crecer significa conocer cada día más gente que ya murió. El día que te das cuenta de que hoy te despides mejor que hace un año, duele pero se aprende a vivir con ello con más facilidad. Ese día estás aprendiendo a decir adiós, ese día estás creciendo.

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